El pasado domingo 14 de octubre en el Vaticano, el papa Francisco presidió la misa en la que fueron canonizados Pablo VI, Mons. Oscar Romero y otros nuevos cinco santos: los sacerdotes italianos Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, las religiosas María Caterina Kasper y Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa, y el laico italiano Nunzio Sulprizio.
“Monseñor Romero –dijo Francisco– dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio, cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos. Lo mismo puede decirse de Francisco Spinelli, de Vicente Romano, de María Catalina Kasper, de Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús y también del gran muchacho abrucense-napolitano, Nuncio Sulprizio: el joven santo, valiente, humilde, que supo encontrar a Jesús en el sufrimiento, el silencio y en la entrega de sí mismo. Todos estos santos, en diferentes contextos, han traducido con la vida la palabra de hoy, sin tibieza, sin cálculos, con el ardor de arriesgarse y de dejar. Hermanos y hermanas –concluyó– que el Señor nos ayude a imitar sus ejemplos”.